Memoria
La memoria es la capacidad para retener y hacer un uso secundario de una experiencia. Se basa en las acciones del sistema nervioso y, en particular, del cerebro. Sus posibilidades corresponden al desarrollo del último; de aquí la relevante importancia de la memoria en el ser humano… (Jacques Barbizet, 1969).
Existen distintos tipos de memoria y distintas formas de memorización y recuerdo. La memoria explícita o declarativa es la que más nos preocupa cuando nos falla. Es muy sensible a distintas circunstancias y alteraciones, además de ser la más afectada por los efectos del envejecimiento.
En nuestra vida cotidiana recibimos una enorme cantidad de información y nuestro cerebro se enfrenta a la ardua tarea de decidir qué retener y qué no. Para decidir qué recordar y qué olvidar, la información es sometida a un proceso de filtrado que consta de varias fases: registro, almacenamiento y recuperación de la información. El fallo en cualquiera de estas fases supondrá un mal rendimiento para la retención y recuerdo de las cosas.
La capacidad de aprender y recordar de las personas mayores se ha convertido en un tema de gran interés. Esto se debe a la proporción creciente de personas mayores y al reconocimiento de formas de deterioro cognitivo que tienden a afectar a los ancianos. La mayoría de los investigadores consideran que las personas mayores sanas muestran alguna reducción en la capacidad de aprender y recordar, y esta reducción va aumentando con el envejecimiento.
Aunque a medida que envejecemos se producen cambios en nuestra mente, no todas las funciones de memoria y aprendizaje se alteran con la edad y algunos fallos de memoria no son necesariamente indicativos de deterioro cognitivo. Con un poco de entrenamiento es posible compensar esos fallos de memoria propios del envejecimiento y así minimizar sus efectos.
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